lunes, 6 de enero de 2014

->2.11 De relación con la Iglesia

Entre los cometidos fundamentales de la familia cristiana se halla el eclesial o eclesiológico, es decir, que ella está puesta al servicio de la edificación del Reino de Dios en la historia, mediante la participación en la vida y misión de la Iglesia.

Para comprender mejor los fundamentos, contenidos y características de tal participación, hay que examinar a fondo los múltiples y profundos vínculos que unen entre sí a la Iglesia y a la familia cristiana, y que hacen de esta última como una «Iglesia en miniatura» (Ecclesia domestica) como lo menciona Lumen gentium 11, de modo que sea, a su manera, una imagen viva y una representación histórica del misterio mismo de la Iglesia.

Es ante todo la Iglesia Madre la que engendra, educa, edifica la familia cristiana, poniendo en práctica para con la misma la misión de salvación que ha recibido de su Señor. Con el anuncio de la Palabra de Dios, la Iglesia revela a la familia cristiana su verdadera identidad, lo que es y debe ser según el plan del Señor; con la celebración de los sacramentos, la Iglesia enriquece y corrobora a la familia cristiana con la gracia de Cristo, en orden a su santificación para la gloria del Padre; con la renovada proclamación del mandamiento nuevo de la caridad, la Iglesia anima y guía a la familia cristiana al servicio del amor, para que imite y reviva el mismo amor de donación y sacrificio que el Señor Jesús nutre hacia toda la humanidad.
Por su parte la familia cristiana está insertada de tal forma en el misterio de la Iglesia que participa, a su manera, en la misión de salvación que es propia de la Iglesia. Los cónyuges y padres cristianos, en virtud del sacramento, «poseen su propio don, dentro del Pueblo de Dios, en su estado y forma de vida» (Lumen gentium). Por eso no sólo «reciben» el amor de Cristo, convirtiéndose en comunidad «salvada», sino que están también llamados a «transmitir» a los hermanos el mismo amor de Cristo, haciéndose así comunidad «salvadora». De esta manera, a la vez que es fruto y signo de la fecundidad sobrenatural de la Iglesia, la familia cristiana se hace símbolo, testimonio y participación de la maternidad de la Iglesia (Lumen gentium).
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Medite y responda las siguientes preguntas individualmente y, después de leer las respuestas de su cónyuge, mediten juntos y tomen las decisiones que crean ambos que permitirán mejorar el "nivel" de su relación con la Iglesia.

·      ¿Cree que usted y su cónyuge sienten que su familia es una <<iglesia domestica>>?
·      ¿ Participan como parte de su “FE”, en su parroquia como en la familia del anuncio de la buena nueva a través del anuncio de la palabra de Dios y de la caridad?
·      ¿ Además de asistir a la celebración de la Eucaristía dominical, están integrados en algún grupo pastoral al servicio de los demás?
·      ¿Desarrollan actividades organizadas de caridad, en su comunidad y para el bien común?
·      ¿Participan ambos como pareja, en alguna de esas actividades y grupos?, ¿comparten el mismo interés y entusiasmo en su participación?

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