La religiosidad es un valor que no
solamente se tiene por tradición cultural, sino que es fruto de la reflexión
interior del individuo y es un compromiso.
La religiosidad de la pareja
matrimonial lleva a la familia a la oración, la ofrenda, la alabanza,
la petición de perdón y, como fruto del amor a la divinidad, el deseo de vivir
una vida recta conforme a la voluntad de Dios. Creer en Dios, tener un compromiso
con El y cumplirlo.
La religiosidad de la familia la
protege de muchos problemas y la mantiene unida ante muchas circunstancias
adversas.
En esta época en que vemos los
muchos ataques a la familia que se llevan a cabo cotidianamente, la
religiosidad de los padres y de toda la familia la preservan y aseguran su
desarrollo saludable y feliz.
“La oración en familia asegura su
existencia”
Es de gran ayuda a la unión conyugal
el que no solamente la madre practique su religión sino que también el padre lo
haga y participe con su cónyuge en las diversas actividades religiosas.
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Medite
y responda las siguientes preguntas individualmente y, después de leer las
respuestas de su cónyuge, mediten juntos y tomen las decisiones que crean ambos
que permitirán mejorar el "nivel" de su religiosidad familiar.
• ¿Cree que usted y su cónyuge
cumplen con las obligaciones que nos manda Dios?
• ¿Oran diariamente cada uno por su
parte y ambos en conjunto?
• ¿Asisten ambos a las actividades
religiosas?
• ¿Dan testimonio de su fe haciendo
el bien a los demás?
• Usted y su cónyuge ¿son
congruentes? ¿Practican lo que dicen en relación a Dios?
• ¿Ayudan económicamente a su
Iglesia?
• ¿Cómo cree Ud. que se podría
mejorar el "nivel" de la religiosidad de la pareja?
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